martes, 2 de marzo de 2010

La Rage



De hecho, nunca se deberían haber separado rabia y política. Sin la primera, la segunda se pierde en el discurso; y en la segunda, la primera se ahoga en griteríos.


Tiqqun, La insurrección que llega


Frente al naíf voluntarismo de la campaña anti-crisis de las cámaras de comercio y su irritante idealismo (la crisis está en tu cabeza). No tenemos motivos para animarnos, ni para ser optimistas:

TENEMOS MOTIVOS PARA ORGANIZARNOS Y LUCHAR.

NO TENEMOS QUE CONTAGIAR LA CONFIANZA TENEMOS QUE CONTAGIAR LA RABIA.

NO TENEMOS QUE SALVAR EL CAPITALISMO TENEMOS QUE DESTRUIRLO.

¿Adriá, Buenafuente y Pau Gasol son el nuevo sujeto revolucionario?, ¿por qué carajo iban ellos a estar desanimados? Pobres muchimillonarios, están decaídos... pero oiga, que no consigue trabajo, no se preocupe, todo está en su cabeza.

En fin, esta campaña es un insulto.

3 comentarios:

  1. Cuánta hipocresía.
    Hablan de crisis los más ricos, los que están en un escalón demasiado alto que les impide ver que aquí en el suelo la gente se muere de hambre por que no tiene dinero. Y eso es una realidad, no está en la mente.

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  2. Exacto, es una actitud hipócrita. Esto lo arreglamos entre todos, "nosotros". ¿Quién es ese nosotros? "Todos", es decir, "nadie", un sujeto indeterminado, la negación hipócrita del conflicto... al igual que en sindicato vertical franquista, no hay oposición de intereses... es una especie de doble afrenta al materialismo dialéctico, se niega la oposición, se niega el carácter material de la crisis y se habla en términos idealistas de confianza...

    pero habría que hacer caso al "esto lo arreglamos nosotros", siendo el "nosotros" particularizado, los "nada de hoy" y afirmado como universal: "todo han de ser", respondiendo con la insurrección... aunque no sé cómo...

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  3. "Moraleja de la fábula: culpables premiados, inocentes castigados"

    Stiglitz

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