sábado, 15 de marzo de 2025

¿Deberían cerrarse las salas infantiles de las bibliotecas públicas?

Naturalmente, la respuesta es un rotundo sí. 

Hablando en general, se lee demasiado. Parafraseando a Nietzsche, el vicio burgués de leer muchos libros y muy deprisa es nefasto, decadente, corruptor de los espíritus libres*. De tanto leer termina uno por no pensar por sí mismo y se limita a reaccionar a lo que lee (irónicamente yo sé esto por haber leído al bueno de Nietzsche). 

También Julio Camba estaba en contra de leer sin ton ni son. Al no saber leer, muchos marineros y labradores con los que había hablado mostraban, según él, un pensamiento original, libre de lugares comunes y de ideas de segunda mano.

Así pues, sería un gran progreso espiritual cerrar las salas infantiles de las bibliotecas públicas españolas para no corromper desde tan temprano potenciales espíritus libres.

*Aquí somos tan reaccionarios como Nietzsche, incluso más. Estamos en contra de la revolución de la lectura que se llevó a cabo durante el siglo XVI y que transformó radicalmente el modo de leer, pasando de una lectura intensiva y profunda de pocos textos a una lectura extensiva.

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