A decir verdad, saludar con dos besos me da igual. No me supone ningún problema. No lo veo mal, ni bien; me es indiferente. Tampoco soy tan antiabrazos como pudiera parecer. De hecho, como cualquiera, me he dado bastantes abrazos con amigos, sobre todo en reencuentros y despedidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario