miércoles, 15 de abril de 2020

15/04/2020

Dice Reza Negarestani que ninguna droga es mejor que leer las enseñanzas de Epicteto y Séneca por la noche, antes de irse a la cama a dormir. Esa indiferencia cósmica y heroísmo racionalista proporcionan un confort desilusionado. Soprendentemente, dice, a muchos de sus estudiantes no les gustan nada esos dos pensadores. 

En un artículo reciente, Simon Critchley decía que odiaba el estoicismo más que la vida misma. También decía que necesitaba ir a la peluquería para recortarse la barba porque, al parecer, no es capaz de hacerlo por sí mismo, lo que me pareció el colmo de la inutilidad (yo, que no soy especialmente hábil en ninguna faceta de la vida, me he cortado el pelo a mí mismo y el resultado me ha parecido aceptable).

Para mí Séneca es una figura crucial. Sus Cartas morales a Lucilio fueron una de las primeras obras filósoficas que leí y me impactaron muchísimo. Tenía catorce o quince años y no las leí enteras, pero la idea de que el sabio se basta a sí mismo y puede disfrutar de los bienes que no dependen de él mientras los tenga y, sin embargo, no echarlos de menos si le faltan, me pareció un herramienta poderosísima y extremadamente útil para afrontar los embates y contingencias imprevisibles de la vida. 

También dice Reza Negarestani que Sócrates is the only badass punk philosopher that ever was or ever will beEsta caracterización de Sócrates me ha parecido maravillosa.

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