domingo, 1 de septiembre de 2013

Orgullo comunista

¡Exprópiese!
Nos reprocháis, pues, el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la población sea privada de propiedad. En una palabra, nos acusáis de querer abolir vuestra propiedad. Efectivamente, eso es lo que queremos.
Marx y Engels, Manifiesto del partido comunista 

PD: Nada de acuerdo con los análisis geopolíticos de Pablo Iglesias, sin embargo. Solidaridad con el pueblo sirio. Esto ya es otra cosa.

Nada de acuerdo con la paranoia izquierdista, ni con su ahora voy, hago chas y... ¡Magia, todo se ha solucionado como por encantamiento! O, al menos, eso es lo único que soy capaz de deducir de la posición de Izquierda Anticapitalista que, o me la explican muy despacio, o consiste en no hacer nada y que desde abajo (¿abracadabra?) se solucione todo. Tampoco he logrado enterarme de en qué consiste, exactamente, apoyar a una Siria libre y democrática, sin injerencias de ningún tipo. ¿Rezamos? Pero, de rezar, si somos creyentes, estaríamos pidiendo una injerencia divina (muy dudosa). Lo que la izquierda no puede hacer es atribuirse poderes divinos, tales como conjugar contrarios (no a esto y no a lo contrario) ni parapetarse en una inmaculada atalaya de pureza moral fruto de no tomar ninguna decisión.

Pero todo esto es un jaleo monumental y mi opinión no debe ser tenida muy en cuenta. Desde luego, pienso que la posición de algunos izquierdistas, según los cuales ni siquiera hubo un levantamiento contra la dictadura porque no había dictadura y Bachar el Asad siempre ha sido un buen anti-imperialista, y todo es producto de la CIA e Israel, es un delirio aberrante, aderezado con los habituales ramalazos antisemitas tan aplaudidos por estos lares (Israel es el mal, los regímenes teocráticos el colmo de la libertad, claro que sí).

Citaré, para finalizar, un conocido pasaje de Weber, que no aclara mucho la cuestión, pero que usamos aquí a modo de visión hipergeneral de la política.
El mundo está regido por los demonios y que quien se meta en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno produzca lo bueno y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no vea esto es un niño, políticamente hablando.
Max Weber, La política como vocación 

6 comentarios:

  1. Una vez más, ya lo dijo Nacho Vegas

    Lo dice bien, creo, el artículo que enlazas de Levy: el único criterio es el mercantilista -dónde, cuándo y con quién conviene ir para futuras inversiones, etc.-

    No estoy siguiendo el asunto de Siria. Pero no se me ocurre en qué situación pudiera justificarse una masacre civil, desde luego.

    Muy bien recordado el fragmento que enlazas de Marx y Engels.
    ¿Quién es más delincuente: los directivos de Bankia o los del SAT?

    En un sistema enfermo, el sano es el enfermo.

    O,como le ocurre al protagonista de 1984: si el sistema dice que 2+2 son 5, pues...

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  2. jaja, mira que soy fan de Nacho Vegas, pero la canción "Dos bandos" no me gusta nada. Quiero decir, reducir la complejidad del conflicto Israel-Palestina a posicionarse a favor de palestina o de los "cerdos de Israel" no me parece de recibo, me parece que esa polaridad es ideológica y cerril, machaconamente repetida por los voceros más desnortados de la izquierda española, que de izquierdas tienen poco o nada; por ejemplo Willy Toledo y su empanada mental (habría que hacerle un examen sobre conceptos fundamentales del marxismo, a ver qué pasa).

    Sería partidario, más bien, de abrir el objetivo y ver la situación en la mayor amplitud y complejidad posible, sin maniqueísmos. y la situación va, a groso modo, desde la inmigración judía a principios del siglo XX, pasando por la Shoa, el terrorismo de la OLP, las resoluciones de la ONU que los líderes palestinos se niegan a aceptar, exigiendo el exterminio de todos los judíos, y también, claro, por los actos de violencia, inaceptables, del propio Estado de Israel. A lo que habría que añadir, además, el papel de Inglaterra, claro. La cuestión no es estar con unos o con otros. Al menos no es esa la cuestión para alguien que no está directamente involuctado en uno de los dos bandos ni en la terrible lógica de la violencia, de la acción y reacción que tiende a alargar el conflicto indefinidamente.

    ¿Acaso estar en contra del terrorismo palestino me obliga a defender acciones igualmente condenables por parte de Israel? ¿Acaso estar a favor de la creación de un Estado palestino me obliga a aliarme con la judeofobia según la cual Israel no tiene derecho a existir? ¿Acaso los "cerdos" israelís piensan todos igual? ¿No seríamos también "cerdos" los españoles después de la guerra de Irak? ¿No hay que diferenciar entre las acciones que lleva acabo un gobierno y la población? ¿Es Luis García Montero la autoridad moral que decide si Antonio Muñoz Molina debe recoger un premio literario en Jerusalén? ¿Quién le invistió de tales poderes? Muchas preguntas XD

    Lo de Siria, muy complejo también. El no a la guerra, en este caso, me parece, sin ánimo de ofender a nadie, de chiste. Porque la guerra ya empezó, hace dos años. Será, en todo caso, no a la intervención de EEUU. Yo, sinceramente, a estas alturas, no sé qué será mejor. Intervenir puede tener consecuencias desastrosas, claro. Pero el desastre ya se ha producido, y va a seguir. ¿Cómo ponerle remedio?

    Tal vez, como se decía en un artículo que enlacé, se debería de haber intervenido antes, lo cual, por otra parte, ya no sirve de nada considerar. Así que el dilema es tremendo. Me inclinaría más por la opción de Levy (aunque creo que es un antimarxista furibundo, jeje), en este caso: socorrer a los civiles sirios... peeero, no estoy seguro de nada.

    Saludos

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  3. Dice "malnacidos", no "cerdos", no sé por qué me confundí.

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  4. Estaba pensando ahora que Foucault se entusiasmó mucho con la revolución iraní del 78. Y en el 79 ya estaba claro que se trataba de un régimen atroz de fanáticos islamistas. Tratándose de oriente medio, incluso un genio como Foucault se equivocó. Luego dijo que no es lo mismo la lógica del levantamiento que los contenidos concretos de una organización política, y eso, sin duda, es cierto, pero es un esquema abstracto que sirve para cualquier levantamiento. En fin, quiero decir que si Foucault se equivocó, qué cantidad de disparates habré dicho yo XD

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  5. Pues imagínate yo...xD

    Sí, no enlazo el tema de Nacho Vegas necesariamente porque esté de acuerdo con la reducción simplista que hace, sino simplemente porque me acordé del tema según leía tus posts ;-)

    Lo que creo es que es muy difícil saber qué está pasando "realmente" cuando estamos a tanta distancia, nos vienen tantas fuentes contrarias de información y carecemos (al menos yo) de una perspectiva histórica completa de todo el origen de ese y otros conflictos.

    Creo que es en cómo hacer crack donde Nacho Vegas dice dos frases que me hacen mucha gracia: una algo así como "lees la prensa neoliberal para saber qué hay que pensar" y otra algo como "leo el época y otras revistas de humor", jajaj me parecen grandiosas. La letra entera de esa canción también.

    Si logras descifrar algo del conflicto de Siria o cualquier otro, por favor, házmelo saber porque yo confieso que ni me entero ni, por tanto, lo estoy siguiendo.

    Saludos¡

    Saludos.

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  6. La verdad es que yo tampoco estaba siguiendo nada de la guerra de Siria, hasta que un hermano mío me empezó a hablar de ello. ¿No lees las noticias, no ves el telediario? Y yo: solo veo noticias sobre fútbol y motociclismo: Marc Márquez es un puto crack, para tu información. ¿Pero sabes que hubo una revuelta? Y yo: claro, estoy a tope con los rebeldes, ¿qué más quieres que sepa? Y resultó que había mucho más que saber y que el conflicto es una monumental madeja que se enreda y se enreda.

    Por eso digo que mi opinión no puede ser tenida en cuenta, porque apenas sé nada.

    En cualquier caso, la única actitud filosóficamente decente es la de Spinoza: no detestar, entender. Tratar de entender, sin dejarse llevar por las pasiones. Nadie miente más que el indignado, que decía Nietzsche.

    Es muy difícil saber, tienes toda la razón. Sobre todo, creo yo, porque en una guerra (y tal vez, en mayor o menor medida, siempre) el objetivo de los discursos no es la verdad, sino su uso estratégico para producir determinados efectos. ¿Es verdad que entre los rebeldes hay miembros de Al Qaeda? ¿Esta información se difunde, aunque no sea cierta, por parte del gobierno de Siria, para evitar la intervención? A pesar de todo, ¿y si es cierta qué hay que hacer? ¿Se va a recrudecer el fundamentalismo al intervenir, o también lo va a hacer de no intervenir? No hay ninguna manera de saber cuáles van a ser las consecuencias. Lo máximo que podemos decir es que la acción política debe guiarse por la prudencia, la responsabilidad. Ahora bien, eso no dice nada sobre qué hay que hacer concretamente

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