sábado, 7 de septiembre de 2013

Más sobre fantasmas: la inconsciencia gloriosa y deseable de la doncella desvanecida

En uno de sus relatos más experimentales -llamémosle así, a falta de una palabra mejor- & uno de los más odiados por la guardia pretoriana del logos narrativo tradicional, Tri-stan: he vendido a Sissee Nar a Ecko, DFW escribe ...que toda historia de amor es también [una] historia de fantasmas

Sissee Nar es una estrella catatónica de belleza antinatural -una especie de Barbie humana, como esa tía que se cree Venus o algo así, una Venus plastificada totalmente antinatural, recombinadora de mitos... Lo vi en alguna página por ahí; el próximo post versará sobre la amalgama posmoderna que encarna esta autoproclamada Venus, auténtico Geist de lo inauténtico-, pura poesía estática, eternamente dormida, Remodelada & inmortalmente deseable. En fin, una estrella del firmamente de la pequeña pantalla gloriosamente inconsciente. La cuestión es que parece haber algo orientado a la muerte en el corazón de todo Romance... & aquí es cuando DFW alude a la frase. La cita, no la dice directamente. La voluptuosa imagen reclinada de Sissee Nar se dirigía a ese tanatismo oscuro que existe en el Geist erótico contemporáneo. La industria, sea cual sea el origen del encanto de Sisseer, lo juzga bueno y vende un producto original con Sissee en el papel de una Brunilda narcoléptica, etcétera. El relato tiene una clave filosófica, digamos, o un marco que puede servir para situarlo un poco, porque sí, cierto, el relato es raro de narices, y mola un montón. La clave es que la historia ha muerto. Que la linealidad, mejor dicho, ha muerto. Y, no es que haga falta para entender el relato, claro, pero sí para entender qué ha pasado, y por qué, y cómo, con la linealidad en la historia -mejor dicho: con la continuidad, auténtico mito (farsa) de la modernidad- sería bueno leer Las palabras y las cosas, del gran Foucault. Podríamos decir también que el concepto de episteme se parece al de paradigma de Khun. Foucault & Khun, pues, como grandes héroes del pensamiento contemporáneo, los destructores de la gigantesca mixtificación hegeliana, los que boicotearon la procesión triunfal del espíritu y se atrevieron a decir la verdad: no, señores, no hay sujeto de la historia, ni fin. Pero el relato no es una loa de la posmodernidad, la cual, por cierto, cuando es entendida como una época posterior a la modernidad es entendida de forma moderna. Pero dejemos esto, que es largo, aburrido y yo me tengo que ir a comer.

PD: Fui a por la biografía de DFW. No la tenían. Pero la pueden pedir. Se avecina un nuevo período DFW en este blog (a la biografía hay que sumar En cuerpo y en lo otro, una recopilación de ensayos). Corran, como Forest (gran película, aunque salgan hippies)

PD2: Momento DFW. Del amor en tiempos mediáticos, o del subyugante hechizo catódico que irradia el Objeto Erótico Supremo, dimensionalmente inalcanzable. (El relato seguramente sea una remodelación del tema la melancolía clásica, tal como la definió Ficino, que fue más o menos así: el deseo de abrazar aquello que no es susceptible de ser abrazado (él creía no solamente que aquella Sissee Nar pasiva en 2-D era el objeto ideal & atemporal de sus deseos más profundos, sino que aquel amor era por su misma naturaleza inconsumable bajo la luz implacable de la realidad en 3-D)) A lo que hay que sumar la pulsión de muerte (Ecko decide que la única manera de alcanzar a Sissee es mediante esa fusión completa que es la noche absoluta de la muerte)

Además empezó a escribir el típico diario clínico lleno de divagaciones que se espera del clásico fan de tipo acosador. En él se representaba a sí mismo como el Caballero Errante desplazado de su lugar & de su época & embarcado en una típica búsqueda de amor demónico de los Tiempos de la Caballería pero también atormentado por su conocimiento posromántico de lo quimérico de esa búsqueda: sabía muy bien que su amor transdimensional era demoniaco, irreal, pueril, compensatorio, wertheriano -es decir, que se trataba de una FICCIÓN & no de una FRICCIÓN, para usar su expresión vulgar- (...) el Objeto Erótico Supremo de la industria contemporánea: un ser de proporciones ideales, sin defectos estético, hermafrodita en su indumentaria, extasiadamente pasiva, &, más subyugante todavía, en todos los sentidos 2-D, dimensionalmente inalcanzable,
PD3: ¿Cómo no adorar a alguien capaz de escribir nena narcobruníldica?

PD4: El relato es también una versión del mito de Narciso y Eco, con ironía tragicómica incluida... y más cosas, así que compren, roben, o pidan prestado a su biblioteca Entrevistas breves con hombres repulsivos, y no se salten la lectura de lo que a primera vista pudiese parecer una chifladura ininteligible.

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