miércoles, 18 de septiembre de 2013

El dinosaurio de las letras

Y su meteorito.

¿Esto está escrito en plan de coña o no? Si no es coña, me alegra saber que hay peña instalada cómodamente en el extremo más noble de la línea platónica, es decir, en la ciencia*. Han sacado suavemente el ojo del alma del bárbaro lodazal en que estaba hundido (qué bien escribe Platón, coño**). Bien está. La filo-sofía, me temo, seguirá instalada en su tierra de nadie, entre las letras y las ciencias, entre la ignorancia y la sabiduría. Pero, mientras Eros empuje sus alas, no caerá. Resitirá***. El que tenga oídos, que oiga****. Si quiere. Si no, pues nada.

* Soy consciente de que el autor del artículo usa el término ciencia con el significado adquirido alrededor del siglo XIX, que es cuando se inventa el término científico, no con el significado más amplio que tenía aún en el siglo XVII, el que la palabra ciencia, scientia, significaba conocimiento o sabiduría (disyunción inclusiva... Esta aclaración probablemente sobra), y designaba cualquier cuerpo de conocimiento propiamente constituido, mientras que las investigaciones sobre la estructura causal de la naturaleza se denominaban filosofía natural, ni, claro está, con el significado que tenía en Platón...

**Lean a Platón y dejen de leer este blog, escrito por un gandul aficionado a discurrir sobre ángeles (la angeología y la burocracia en Kafka son una sola y la misma cosa, dijo Giorgio Agamben... ¿Ven? Vayan con el conocimiento verdadero... Aunque, claro, Platón tampoco nos vale, ese maldito metafísico y tal... Vayan con Pinker... No, no puedo recomendarles leer a panfletarios de la nueva derecha sin sentir un gran dolor en el corazón. Si leen a Pinker, que no sea por mi culpa).

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****También soy consciente (más o menos) de que usar una cita bíblica tal vez no sea una buena idea. Podría desenvainar a Wittgenstein y exponer sus argumentos para considerar que la ciencia y la religión son dos juegos de lenguaje diferentes y que el de la religión no trata sobre hechos, pero vaya, que si solo la ciencia tiene derecho a hablar, pues me callo y en paz.

PD: La filosofía es la más alta música, por cierto. Dijo Sócrates.

Otra PD más: No voy a hablar (demasiado) de la tarea mesiánico-escatológico-delirante que se le encomienda a la ciencia porque aún no me creo que el artículo esté escrito en serio. Quiero decir, en un artículo supuestamente cientificista usar metáforas iluministas que parecen sacadas de la Biblia y lanzar profecías poco menos que veterotestamentarias... la Era de las Tinieblas será vencida por el esplendor de la Ciencia y bla bla bla (la chaladura de Comte y los tres estadios, esquema absolutamente nada, pero nada científico)... Hablar de ausencia de teleología, de que las cosas no tienen por qué, simplemente son, lo cual me parece bien (ya lo dijo Spinoza, solo que de forma más rotunda y abarcadora: las causas finales son ficticias, punto), y luego hablar de progreso... Hostia, si nos ponemos a demoler mitos, nos ponemos con todas las de la ley, y demolemos también el mito del progreso, ¿o los mitos de la modernidad son sagrados?, ¿cómo va la cosa? En fin, otro día hablaremos con algo más de sentido de la epistemología (la pobre), pero para finalizar, un vídeo sobre la susodicha (se aprende más de epistemología viendo el vídeo que leyendo Jot Down, en mi humilde opinión de atolondrado mental... Cuando yo estudiaba Filosofía de la Ciencia había un problema (pseudoproblema seguramente,) que consistía ni más ni menos en definir la ciencia... demarcarla y cosas de esas... andaba por ahí Popper, por ejemplo, y en el artículo no logré encontrar una mínima definición de ciencia... pero bah, que da igual)

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