martes, 24 de mayo de 2011

Activo de nuevo el blog, pero poco

En la actualidad, si uno sigue una llamada directa a actuar, esta acción no se realizará en un espacio vacío, será una acción inscrita en las coordenadas ideológicas hegemónicas: los que “realmente quieren hacer algo para ayudar a la gente” se meten en aventuras (sin duda honorables) como Médecins sans frontières, Greenpeace, campañas feministas y antirracistas, que no sólo se toleran sin excepción, sino que incluso reciben el apoyo de los medios de comunicación de masas, aun cuando entren aparentemente en territorio económico (por ejemplo, denunciando y boicoteando empresas que no respetan las condiciones ecológicas o que utilizan mano de obra infantil), se les tolera y apoya siempre que no se acerquen demasiado a determinado límite.
Este tipo de actividad proporciona el ejemplo perfecto de interpasividad: de las cosas que se hacen no para conseguir algo, sino para impedir que suceda realmente algo, que cambie realmente algo. Toda la actividad humanitaria frenética, políticamente correcta, etcétera, encaja con la fórmula de “¡sigamos cambiando algo todo el tiempo para que, globalmente, las cosas permanezcan igual!”. Si los estudios culturales estándar critican el capitalismo, lo hacen de la forma codificada ejemplar de la paranoia liberal de Hollywood: el enemigo es “el sistema”, la “organización” oculta, la “conspiración” antidemocrática, no simplemente el capitalismo y los aparatos estatales. El problema de esta postura crítica no sólo estriba en que sustituye el análisis social concreto por la lucha contra fantasías paranoicas abstractas, sino también en que –en un gesto paranoico típico– redobla innecesariamente la realidad social, como si hubiera una organización secreta detrás de los órganos capitalistas y estatales “visibles”. Lo que habría que aceptar es que no hace falta una “organización (secreta) dentro de la organización”: la “conspiración” está ya en la organización “visible” como tal, en el sistema capitalista, en el modo en que funcionan el espacio político y los aparatos estatales.
Slavoj Zizek, A propósito de Lenin

5 comentarios:

  1. Anónimo2:40 p. m.

    Welcome Back Mr. S.!!!

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  2. thanks! pero voy a moderar la dosis posteadora, q tengo q labrarme un futuro jeje

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  3. Anónimo11:48 p. m.

    Se entiende. Yo también necesito moderación y (para) labrarme un futuro de esos en perpetua crisis por invisibilidad. Siempre y cuando sigas labrando buenos posts de vez en cuando, no habrá motivos de alarma. We've decided to practice moderation in 2011, a ver que tal se nos da la cosa...

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  4. Sí, además ya tengo más tiempo, porque lo de la revolución... yo con unos tipos que organizan grupos de trabajo sobre "animales y espiritualidad" no voy a ningún lado... yo soy un materialista dogmático y poco dialogante, qué le voy a hacer... jejeje

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  5. A pesar de todo -sin expectativas delirantes- apoyo totalmente el movimiento surgido del 15 de mayo, frente al cinismo cobarde, las pasiones tristes y demás formas de impotencia y esclavitud...

    ¡Spinoza es amor y revolución! XD

    Que las revoluciones fracasen no impide el devenir revolucionario de la gente.

    PD: Además, esperar que un movimiento nazca ya articulado es que "es de ser inútiles, eh", como dirían los de APM.

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