lunes, 2 de octubre de 2006

Presentación

Se presentan al mundo un grupo de nómadas salvajes, esencialmente románticos, errantes, vagabundos enfermos de literatura, insomnes por voluntad propia, cazadores de las ninfas que habitan en los precipicios y en la cresta de las olas agitadas furiosamente por el viento y por la noche.

Una vez acudimos a una fiesta, reímos con estridencia, ingenuos y felices, bebimos hasta caernos muertos sobre el sofá y al despertar nos hallábamos en una casa en ruinas, azotada por los vientos.

Nos autodeclaramos poetas, no porque escribamos (¡eso es lo de menos!) sino porque tenemos la firme y disparatada convicción de que la realidad sólo está justificada como fenómeno estético. El mundo es un producto ficcional del yo, y el yo es el lugar de lo imaginario (Lacan dixit)

Al igual que el alma de Goethe, nuestra alma también se deshoja con la llegada del otoño. Nos unimos al destino solitario de las hojas marchitas, surcamos los siete mares buscando algo que sabemos que no vamos a encontrar, pero igual buscamos, fieles a nuestro destino de seres errantes.

Vivimos a la escucha: el universo entero es un verso y un verso es música, la melodía feroz y a la vez suave de las esferas, una flor azul olvidada que es preciso, es urgente, es ineludible rescatar. Las tormentas nos susurran al oído la belleza terrible y la fragilidad de la esfera de vidrio que nos rodea.

5 comentarios:

  1. ¿Un comentario ya? qué rápido, gracias, bienvenido a nuestra errante morada

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  2. Anónimo11:59 p. m.

    Ah, pero... que hay más?

    Quien es capaz de unirse al Sr.S??

    ("S" es de "Sonrisas")

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  3. Hay más, seguro. Unánse a la tribu paradójica y a su casa nómada!! como un anhelo y una danza, y la sonrisa de la Gioconda transmutada en una sonora carcajada, que de tanto reír acaba llorando ante el asombro de Leonardo!!

    O sea, el plural no es mayestático sino que refiere a un estado anímico de furia poética, un existencialismo en el que hemos expulsado a los filósofos, para fundar una República inversa a la de Platón. Poetas, venid de nuevo y quemad la ciudad!!.

    El supremo olvido de sí, el Yo raptado por la fuerzas dionisicas de lo impersonal. El escritor ha de devenir estrella tirada en un charco y sonreir.

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  4. Anónimo3:01 a. m.

    Y pensar que tenía la respuesta... y ni así logró mantener su vida en el rumbo correcto.

    Atracó su barco en un puerto agradable, quemó la nave y con las velas se hizo unas sábanas. Durante un tiempo vivió comodo, estable, equilibrado, sin que el maldito fuego le quemara por dentro, sin sentir la nostalgia del Espacio: y para cuando se dió cuenta de su error pàrecía no haber vuelta atrás. Miró a su alrededor y la nausea acudió a su encuentro, la ansiedad y la desesperación largo tiempo olvidadas volvieron a atenazarle el corazón. Suspiró con cansancio y resignación a partes iguales, sacó el estoicismo del rincón polvoriento en el cual lo había dejado tirado y miró más allá del horizonte.

    " ¿Por qué coño quemé el barco? Ahora tendré que ir a pata." Y sin mirar atrás echó a andar.

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