martes, 3 de octubre de 2006

Perros románticos ladrándole a la noche

Los cimientos de esta morada inestable son el viento y la lluvia, la noche y la cerveza, y las palabras que llegan a nuestros oídos iguales a naúfragos que hallan por fin tierra. La escritura no representa el mundo, el mundo no se refleja en la escritura, la escritura crea mundos, frágiles universos de sentido que no existen si no hay lector: si el mensaje cifrado de la botella no halla al otro lado del mar un lector el mensaje no existe. Leer y escribir: así de simple, eso es la literatura.

Nosotros fumamos asomados a la ventana las noches de invierno y pensamos que eso tiene que significar algo, aunque no sepamos qué. No importa, tal vez sea mejor así. No saber qué y seguir adelante. Perros románticos ladrándole a la noche.

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