martes, 15 de diciembre de 2015

Sade y Masoch desde Deleuze. Marcos eco-eróticos para interpretar la ciudad

AQUÍ.

¿O acaso creíais que no se podía hiperintelectualizar el sado-masoquismo y vincularlo con la arquitectura y el urbanismo? ¿Eh? La filosofía puede con todo, queridos lectores. ¡Empollones y pitagorines gafapastas al poder!

PD: Voy a dejar de poner cosas político-filosóficas —y de dispersarme mentalmente*— en este blog, porque en realidad tendría que estar estudiando exclusivamente movidas biblioteconómicas.

*El cerebro de Leopoldo María Panero era una rosa, el mío creo que es pura diáspora.

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