sábado, 5 de diciembre de 2015

Breve consideración sobre la muerte de Robert Walser

Hay que imaginarse a Robert Walser feliz. Incluso hay que imaginarse su muerte como un acontecimiento feliz. Porque Robert Walser no se hundió en la oscuridad, en las profundidades abisales del Hades, sino que se tendió sobre la nieve, sobre la superficie blanca, de una tonalidad quizá ligeramente púrpura, y se quedó allí, al aire libre y gélido, después de haber recorrido todos los caminos.

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