jueves, 27 de junio de 2013

Sinvergüenzas

El límite objetivo del trabajo debe parecer, pues, un problema subjetivo de los excluidos, se dice en el Manifiesto contra el trabajo. Básicamente, esto es lo que ya decía Marx y lo que resume la absoluta perversidad ideológica de los sinvergüenzas e impresentables que niegan el carácter sistémico de la crisis e instan a los excluidos a ser emprendedores. No se sabe si lo hacen por pura desfachatez o porque realmente son unos dementes con una fanática e inquebrantable fe en la utopía capitalista del (imposible) crecimiento infinito.

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