miércoles, 19 de junio de 2013

El tío de Jairo

Lo que en realidad vuelve loca a la gente son sucesos aparentemente triviales, insignificantes, cosas nimias e, incluso, ridículas. Aunque hay que admitir que algunas personas están más predispuestas que otras a que se les vaya la olla por completo, un día cualquiera, sin que se sepa muy bien por qué. Ciertas personas están envueltas desde que nacen en un aura de potencial chifladura que acompaña cada uno de sus gestos y que se adivina en cada una de sus miradas.

Digamos que se hallan dentro de una burbuja y que un día cualquiera cualquier cosa anodina y vulgar funciona como detonante, como gota que colma el vaso, como el alfiler que pincha la burbuja y libera una gigantesca cantidad de locura que hasta entonces había permanecido en un estado larvario, apresada y, por así decir, atada y bien atada, incapaz de campar a sus anchas, mantenida a raya por la resistencia de la burbuja y que, de repente, espoleada por una nimiedad, surge como un explosión incontrolable y arruina para siempre una vida.

Pues bien, lo que desató la locura de Jairo, el acontecimiento que pinchó su burbuja, aquello que liberó una ingente cantidad de demencia, lo que, en resumen, le transformó en un tarado, en un majara, en un puto trastornado, fue que, en una comida familiar, su tío había puesto los cubiertos encima de los platos, en vez de ponerlos donde hay que ponerlos. Aquello fue demasiado para Jairo, que no pudo controlarse.

No querríamos ahondar en demasiados detalles macabros. Baste decir que la sangre del tío de Jairo se desparramó sobre los platos y los cubiertos y hubo que tirarlos a la basura.

3 comentarios:

  1. Comprendo a Jairo. Es más, soy Jairo.
    Seguramente no en el detonante (los cubiertos encima de los platos) -aunque eso nunca se sabe- pero sí en UN detonante. Uno cualquiera.

    Aunque se trata por supuesto (no podía ser menos con Michael Douglas de protagonista -y tal vez de productor ejecutivo, rol al que se aficionó mucho durante un tiempo-) de una americanada, aunque muy entretenida en este caso en mi opinión, este Jairo podría ser el Michael Douglas (no recuerdo el nombre de su personaje ahora) de Un día de furia . O podría (casi estoy por asegurar más bien que "O seré") yo mismo, en cualquier momento, por cualquier "motivo" (ese boli negro que no escribe, esa anciana hojeando el Pronto en el Carrefour, esa pedazo de tía buena que ni te ve al pasar, el perro del vecino que ladra, aunque no lo sepa, por útlima vez...).


    PD: ¿Por qué diablos "su" enlace a "mi" blog dice constantemente "HAce 1 año", como si no lo hubiera actualizado en tanto tiempo?...

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  2. jeje, a mí Un día de furia me mola... No todo en la vida va a ser Dreyer y Malick y así XD

    Lo del enlace, ni idea, lo pongo otra vez a ver

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  3. Sí, tiene usted razón, no todo puede ser Dreyer (especialmente Dreyer :P). A mí también me mola la mencionada "cinta" (siempre me ha gustado esa pedantería de llamar "cinta" a las películas... Aunque ahora ya no son cintas, claro).

    Gracias por lo del enlace. Veo que sigue igual, debe de ser cosa mía entonces. Investigaré. La legión de seguidores de nuestros blogs no se puede quedar así¡¡;-)

    Un saludo¡

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