sábado, 12 de marzo de 2016

Él (XI)

Había empezado a vivir para leer y no a leer para vivir. Aquella inversión era monstruosa. Pero la vida era larga y aburrida, un auténtico fastidio. Se hizo otro café, echó un vistazo a la pila de libros sin terminar: Harold Bloom, Céline, Gaddis. Le estaban esperando.

Pensó en Cynthia Ozick. ¿Sería verdad que había llegado a pasarse dieciséis horas diarias leyendo? ¿Que había puesto la literatura por encima de la vida? También pensó en los escritores alcohólicos: Faulkner, por supuesto, y Tennessee Williams, entre muchos otros. ¿Cómo eran capaces de escribir con resaca?

Recordaba Luz de agosto por un detalle insignificante: Lena Grove se quita las botas para sentir el polvo del camino. Tenía una visión muy nítida de los pies de Lena Grove pisando un camino polvoriento. Amaba esos pies descalzos y ficticios. Luego pensó en Walt Whitman, que según Harold Bloom era un pajillero consumado, y en Emily Dickinson, que apenas salía de casa. En uno de sus poemas esperaba que a los ventanales celestes se asomaran los santos, para contemplarla borracha de azul y de sol. Un gran poema.

Las fiestas le aburren cada vez más. Es verdad que incluso aburrido es capaz de ponerse en modo irónico y soltar unas cuantas chorradas ingeniosas para que sus amigos se rían. Las risas le animan durante un rato. Pero sabe que la ironía no puede curar la melancolía. La melancolía no tiene cura. Al día siguiente está triste, solo tiene fuerzas para hacerse un ovillo en el sofá y mirar la televisión.

Los recuerdos, la jauría atroz de los recuerdos. Vive como si el tiempo se hubiera consumado, como si esto de ahora fuese una próloga, el tiempo que resta, el tiempo del fin, el tiempo de recuperar el tiempo perdido. Una extraña sensación de irrealidad lo cubre todo. Un sabbath perpetuo. El tiempo de redimir el tiempo, piensa. Hay demasiada teología en su pobre y abrumado cerebro. Algún día dejaré de pensar y estaré alegre, piensa.

No siempre es tan intenso y sombrío. No todo él es tan intenso y sombrío. Siempre he deseado ser superficial y alegre, dice. Siempre he admirado a la gente despreocupada y feliz, pero mis demonios interiores me llevan por otros derroteros. Cuando mi extrema individualidad coincide con la radiante impersonalidad del mundo, en esos momentos soy bastante feliz, dice. Clarice Lispector habla sobre eso. Es posible que Clarice Lispector tenga la clave del mundo, dice.

Hacerse otro café o no hacérselo. La duda le paraliza. Se acerca la hora de comer y ya lleva ¿dos o tres cafés? No se acuerda bien. ¿Otro café le quitará las ganas de comer? Esa es la cuestión. Cuanto más tarde en decidirse, más cerca estará la hora de comer. Por eso dice Kierkegaard que el instante de la decisión es una locura. Kierkeggard, por cierto, se pasaba días enteros caminando. Caminaba todo el día, volvía a casa, rezaba y se iba  adormir. Esas cosas hacía Kierkegaard.

Finalmente decidió que lo mejor sería no tomarse otro café antes de comer. Esperaría al café de después de comer.

No hay nada más sobrevalorado que el campo y la naturaleza, dice. Mis pulmones están henchidos de júbilo cuando camino por la ciudad; el ruido del tráfico es música celestial para mis oídos; las riadas de gente recorriendo las calles son dignas de admiración, nutren y sacian con embriaguez mi indigente ser; los amores efímeros se suceden a velocidad de vértigo; rostros y cuerpos hermosos se pierden para siempre pero dejan una huella indeleble en el aire; la luz de las farolas nos llena de gozo inefable nada más ponerse el sol, porque hay un temblor de espíritus encantados que danzan alrededor de la ciudad a la hora del crepúsculo.

No puede evitar hablar de crepúsculos. Él es así. Al contrario que para Roberto Bolaño, para él la poesía es sobre todo poesía lírica. Casi no ha leído nada de Nicanor Parra. A Alejandra Pizarnik sí la ha leído. Hace tiempo ya.

Más libros a medio terminar: Confesiones, de San Agustín. Al principio del libro Agustín está angustiado porque en su juventud robó unas peras, no para comérselas, sino por el puro placer que le producía la maldad en sí del acto. Agustín se arrepiente de haberse recreado en el pecado. No parece gran cosa, la verdad, robar unas peras. El asno de oro, de Apuleyo. Un libro de metamorfosis, un tema que parte de Ovidio (cree), pasa por Kafka y llega hasta X-Men. No sabe por qué no lo ha terminado. Es un buen libro. Boquitas pintadas, de Manuel Puig. Tampoco sabe por qué no lo ha terminado. Manuel Puig es reivindicado por David Foster Wallace y por Evan Dara, entre otros. Manuel Puig adoraba el cine, a las divas del cine. Él también. Incluso a glorias olvidadas como Louise Brooks, a la que hay que ver en La caja de Pandora porque está impresionante, dice. El viaje al fin de la noche, de Céline. Está ahí, en la mesita, esperando con cierta impaciencia.

El cine es una máquina de mitos, dice.

La filosofía cada día le aburre más —a este paso, ¿morirá algún día de puro aburrimiento?, ¿habrá algo que no le aburra?—, todos esos arrogantes, esa pandilla de engreídos, todos esos lunáticos enfadados que no paran de insultar a los demás, ¿por qué se creen superiores? Putos tarados, dice. Aunque no todos los filósofos son así. Pero sí demasiados. Renuncio a la inteligencia, dice con tono grandilocuente y ampuloso. Que le den a Kant, que se joda Heidegger. No quiero saber nada. No deseo por naturaleza saber nada, diga Aristóteles lo que diga.

Si se nos permite exagerar y parafrasear a Beckett, diremos que él observa el mundo con ojos de Moisés agonizante. Sé que no suena divertido. Tampoco es cierto del todo. Era por hacer una frase. Mala literatura, que diría Michi Panero.

4 comentarios:

  1. Anónimo10:16 a. m.

    El intelecto se ajusta a la pasión y nunca se complace, a más intelecto más melancolía.

    De eso hablan los santos que tienen que acercarse a los ventanales, de la verdadera inteligencia que nos resarce.

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  2. La melancolía... un sol negro, como dijo Nerval. Pero un sol. Así que algo tiene que alumbrar y calentar... XD

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  3. Anónimo5:56 p. m.


    Una forma compañera.

    https://www.youtube.com/watch?v=MBMeGfaY-cA

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