El aburrimiento profundo va rodando por las simas de la existencia como una silenciosa niebla
Heidegger
Aburrirse, esperar: monstruoso tedio, monstruoso Godot. Fumar mucho, dormir poco. Intentar bailar sobre horizontes rotos. Intentar estudiar. Leer a Nietzsche, abrir la ventana y gritar: pues yo te amo, oh eternidad. Y luego nada. La eternidad no dura nada. Si durara algo, sería tiempo. Huir, pero ya. Ahora, que sólo el viento existe. Que todo da igual. Huir.
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