sábado, 9 de junio de 2018

Política de gestos, dicen los gacetilleros

¿De qué hablan los gacetilleros de este país cuando hablan de política de gestos? Los gestos parecen ser entidades sin dignidad ontológica. Algo que se hace de cara a la galería. Postureo, mero postureo. 

Tal vez por haber asumido sin rechistar la interpretación estándar de la metafísica platónica los sagaces gacetilleros de este país otorgan escaso crédito a las apariencias, a lo que aparece; para ellos lo crucial es la realidad escondida tras las sombras, la verdadera y plena realidad. Los gestos son superficiales, irreales incluso. 

Así, con esta simplista topología trascendental —lo real, lo aparente— en el cerebro, podemos decir que un ejecutivo formado por más mujeres que hombres no es feminismo, es solamente un gesto feminista. El gesto funciona como una especie de falsificador de la realidad. La encubre, no permite que aflore en su verdad más profunda. 

Pero, ¿es verdad que los gestos no tienen efectos en la realidad?, ¿y si en vez de encubrir la realidad los gestos pueden contribuir a transformarla?

PD: Desde luego, muchos preferiríamos que se llevara a cabo una política ferozmente redistributiva, de extrema izquierda, pero hay que contar con las dificultades que una política así tiene que superar si no quiere fracasar estrepitosa y amargamente, como le pasó a Syriza.

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