martes, 26 de junio de 2018

Para acabar de una vez por todas con Nietzsche

Decía Cioran que su admiración sin límites por los entusiastas provenía de su incapacidad para comprender su existencia en un mundo donde la muerte, la nada, la tristeza y la desesperación componen un séquito siniestro.

A mí el hecho de que en ocasiones haya que ir al dentista ya me parece una objeción definitiva, irrefutable, contra la vida. Una prueba de que este mundo es el mal. 

PD ferozmente antinietzscheana: Siempre con el Crucificado, jamás con Zaratustra. Yo no permanezco fiel a una tierra horrorosa, escucho al Crucificado decir ánimo, yo he vencido al mundo.

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