martes, 17 de abril de 2018

Escritores españoles contra el pudor

AQUÍ Manuel Vilas.

AQUÍ Laura Fernández.

Por mi parte, pienso casi exactamente al revés. Toda literatura es artificio, sobre todo la literatura del yo: las Confesiones de San Agustín, las de Rousseau, etcétera. 

Y creo que una poética del pudor —como la de Anne Carson, por poner un ejemplo— puede ser mucho más interesante literariamente que una poética del destape.

(Digo que puede ser, no que necesariamente lo sea; tengo la poesía completa de Manuel Vilas y me parece una maravilla)

¿Sería Fleur Jaeggy, con su prosa precisa, cristalina y elusiva, un ejemplo de poética del pudor, de literatura de la negación del yo? Estoy convencido de que Fleur Jaeggy sabe que el yo es nada. 

Toda literatura es literatura de la negación del yo.

PD: Esta posdata será extremadamente narcisista —y tal vez contradictoria, ya que yo no paro de alabar la gloria de lo impersonal (y confieso que concibo la negación mística del yo como la libertad y la alegría supremas) pero yo no soy yo, evidentemente; soy, como mucho, la máscara abstracta, no el hombre de carne y hueso que teclea delante de la pantalla— porque a continuación me citaré a mí mismo con letras grandes:
No hay más un yo en el lugar del viento

4 comentarios:

  1. No sé si he entendido bien la entrada.. En cierto modo escribir es como meterte en uno de esos campos minados llenos de letreros de precaución y aviso y rodeados de unas alambradas enormes.. Puedes entrar, claro, en realidad no hay guardias armados, pero es casi imposible meterse y no dejarse alguna parte del cuerpo en el intento... Cuando escribes siempre pones una parte tuya, ¿no?, lo puedes ficcionar un poco, lo puedes adornar, pero al final siempre queda algo del que escribe.... No hace falta llegar al realismo sucio ni a llevar un inventario de los días, pero siempre te dejas algo...

    Como digo, lo mismo no te he entendido bien..

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  2. Yo es que soy bastante alérgico a la idea del autor romántico que expresa su ser íntimo, singular, su individualidad. La literatura es composición, es artificio; el autor confesional se rige por un código tanto como el autor de novelas negras que escribe descripciones y diálogos para crear un efecto de realidad.

    Deleuze decía que se escribe para devenir otro. Me parece mucho más interesante que escribir para expresar la identidad personal.

    Creo que puedes escribir una experiencia personal, pero que si esa escritura se convierte en literatura será porque ha alcanzando un punto en el que esa experiencia deviene impersonal, se desliga del yo del autor y se objetiva en el texto.

    A mí un autor confesional que me dijera: Hola, estoy deprimido, no me parecería gran cosa literariamente. Ahora, si ese autor escribe «La broma infinita», me parece el amo. No porque se haya expuesto, sino porque tiene un talento descomunal.

    En cualquier caso, la entrada es contradictoria y confusa, lo sé; he mezclado muchas cosas y no las he desarrollado bien. Tengo la sensación de que mi conciencia está presente en casi todos lo que escribo, de una manera abusiva. Y me aburre. Me aburre la hiperexpresividad compulsiva de los tuiteros y me aburre mi propia tendencia a la exposición, al confesionalismo y a girar como un idiota alrededor del yo y de mis opiniones y de mi "visión del mundo", etcétera. Por eso la autoficción me parece prácticamente un encierro, no una liberación.

    PD: Recomiendo fervientemente la lectura de «La persona y lo sagrado» de Simone Weil. Ella explica mucho mejor de lo que yo podría hacerlo que lo sagrado es impersonal y que la auto-realización no importa.

    PD2 (ya pongo posdatas hasta en los comentarios (y hela ahí otra vez, mi abusiva conciencia, incapaz de quedarse quieta y no intervenir en el texto para comentar irónicamente —¿distanciadamente?¿pudorosamente?— mi irremediable apego a las posdatas): José Ángel Valnete decía algo así como que el poeta tenía que estar vacío de sí mismo para poder escribir las sensaciones que le atravesaban. Que el poeta no tiene identidad. Por ahí van los tiros de lo que estoy intentando decir.

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  3. Vamos, que mi idea es seguir, como Kant, el lema «de nobis ipsis silemus», de nosotros mismos callaremos; pero luego, en flagrante contradicción, creo que no hago otra cosa que hablar de mí, como un millenial cualquiera :)

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  4. Una cita para finalizar, aunque la verdad es que tengo que pensar más y mejor este tema:

    «Huyo de lo autobiográfico, me frustra, me limita demasiado, pone freno a cualquier ápice de fluidez(...) En los campos sin límites de la invención puedo hacer que sucedan cosas que nunca sucedieron, ir a donde me plazca y ver, y hacer, sin miedo, cualquier cosa, todo lo ajeno a mi estrecha experiencia. Puedo vivir otra vida. La ficción es impostura, la alegría de mentir sin penalización».

    Cynthia Ozick

    Estoy de acuerdo con Cynthia Ozick y no con la reducción de la literatura al tedioso yo.

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