(Dicho sea entre paréntesis, la escena de la partida de Escatón está tan magistralmente escrita que conviene releerla cada poco para apreciar toda su pura y resplandeciente gloria literaria).
Quisiera hacer dos breves observaciones. En primer lugar, sobre el nombre. Escatón es un término teológico que significa el fin, la última cosa. Esto, a mi juicio, es más importante que las tan comentadas matemáticas del Escatón.
En segundo lugar, tras la fecha en la que tiene lugar la partida, 8 DE NOVIEMBRE, AÑO DE LA ROPA INTERIOR PARA ADULTOS DEPEND, DÍA DE LA INTERDEPENDENCIA, podemos leer gadeamus igitur, es decir, alegrémonos pues, expresión que se refiere a un himno universitario.
La conjunción de ambas cosas a mí me hace gracia: ¡es el fin del mundo, gadeamus igitur!
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
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