martes, 5 de mayo de 2015

Crítica del laicismo

El laicismo se complace en ignorar la esencia de la religión, desatendiendo sus funciones comunitarias, de religación, así como su profundo arraigo emocional. Pedir al religioso que guarde su religión en casa es tanto como pedirle que no exista como tal, que no sea quien es. La religión tiene una vocación social y pública. Es un predicamento. Reducirla a lo privado es lo mismo que fulminarla. El laicismo pretende que la religión se convierta en un elemento folklórico más, en un capricho. Esta trivialización sólo puede venir de una total falta de comprensión respecto del fenómeno religioso. El laicismo no afecta al cristianismo del mismo modo porque es una deriva suya.
Belén Castellanos Rodríguez, De la imposibilidad del laicismo 

Texto completo AQUÍ.

PD: Y, por cierto, es el tradicionalismo católico español el que explica las reacciones desmedidas, histéricas y absurdas en contra de ciertos grupos sectarios supuestamente peligrosos que vendrían a lavarnos el cerebro, no la ilustración ni que ahora la mayor parte de la población sepamos que la tierra gira alrededor del sol (recordemos, aunque solo sea para tocarles las narices a los progres, que Copérnico era cristiano).

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