viernes, 5 de julio de 2013

Eremitas y payasos

Las piruetas del eremita imprimen una fugaz una estela dorada en el cielo nocturno. Su danza se desvanece: el desierto la engulle.

Sobre la línea del horizonte, a contraluz, puede verse la figura del payaso melancólico: se tropieza cada dos o tres pasos, pero nadie se ríe.

3 comentarios:

  1. Anónimo8:12 p. m.

    Creo haber visto a un eremita sonreír al contemplar a un payaso levantarse impulsado por una luz dorada.
    Ahora bailan juntos a tropiezos.

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  2. Anónimo11:59 p. m.

    Si lo lees del tirón sin ahogarte, es porque no necesitas comas en tu vida ja,ja,ja.

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