martes, 3 de marzo de 2009

Aquí estamos

Pierdo el tiempo, a veces creo que no hago otra cosa. No paro de perderlo, todo el tiempo estoy perdiendo el tiempo. Como una máquina soltera. Absurda. Que no produce nada. Solitaria. Como el monstruo de Frankenstein sin su novia. Y el tiempo es oro, dicen las almas colonizadas por el capitalismo. Y el sentido del ser es el tiempo, dice Heidegger. Y el tiempo es la cuarta dimensión. Y los relojes. Y el calendario. Las estaciones. Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, eras, siglos, milenios. La eternidad es el tiempo sin tiempo. No sé muy bien qué quiere decir esto. Y aquí estamos*

* Para una explanación existenciaria (no categorial) del sentido de esta expresión acudir a Ser y Tiempo:

La espacialidad existenciaria del "ser ahí", que de tal suerte determina su "lugar", está ella misma fundada en el "ser en el mundo"(...) Un "aquí" y un "allí" sólo son posibles en un "ahí", es decir, si es un ente que ha abierto como ser del "ahí" la espacialidad. Este ente ostenta en su más peculiar ser el carácter del "estado de no cerrado". La expresión "ahí" mienta este esencial "estado de abierto"

La "facticidad" no es la "efectividad" del factum brutum de algo "ante los ojos", sino un carácter del ser del "ser ahí" acogido en la existencia, aunque inmediatamente repelido.

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