Los niños no paran de venir a la biblioteca a hacer trabajos los fines de semana. Yo nunca hice trabajos en grupo de pequeño ni, por supuesto, estudié jamás los fines de semana. Los fines de semana me dedicaba a jugar a fútbol sala, igual que casi todo el resto de la semana, por otra parte. Gracias a Dios, mi infancia transcurrió felizmente, no en este época terrible y oscura en la que los pobres niños sacrifican su tiempo por algo tan estúpido, tan inútil, tan absurdo.
PD: Me dan ganas de gritar: ¡Id al parque, a las alegres campiñas, a contemplar los milagros primaverales! ¡Rebelaos contra vuestros odiosos profesores, contra sus tristes discursos y lecciones tediosas! ¡No hagáis los deberes jamás!
No hay comentarios:
Publicar un comentario