domingo, 11 de junio de 2023

El peor género de la literatura y otras cuestiones

El peor género de la literatura

Sin ninguna duda, el de la literatura de viajes es el peor género literario que existe. No hace falta ni leer esa clase de libros para saberlo. Es un conocimiento intuitivo, evidente, inmediato, que se adquiere por ciencia infusa. Quizás, solo quizás, podríamos salvar de la quema Viaje a la Alcarria, pero al resto de libros de esa especie hay que condenarlos, sin mayores escrutinios ni remilgos, a la hoguera.


Más allá de la posmodernidad: de la crítica de la tontería a la tontería de la crítica

Por dar una definición más de posmodernidad, que ya iba haciendo falta, propongo la siguiente: la posmodernidad es la época que prefiere la tontería al análisis crítico de la realidad. Es una definición breve y fácil de usar, aunque no está exenta de problemas, de muchísimos problemas; de hecho, cuanto más lo pienso, peor me parece, pero ¿qué definición no está exenta de problemas? ¿Acaso no fracasan todos los primeros diálogos platónicos al buscar las definiciones esenciales de la virtud, del conocimiento, de la belleza? Y si el divino Platón fracasó, ¿qué puede hacer un pobre bloguero que solo está escribiendo para pasar el rato?

Bien, la cuestión es que esta dicotomía maniquea, tontería versus crítica, es en sí misma muy tonta y criticable. Muchos adalides del pensamiento crítico no paran de decir majaderías y cursilerías sobre las supuestas virtudes del pensamiento crítico, ese bálsamo de fierabrás con el que piensan deshacer todos los males y entuertos de la sociedad contemporánea. ¡Más lectura! ¡Más educación! ¡Más cultura! 

He aquí, pues, la tontería de la crítica; la asunción acrítica de los milagros y maravillas de la todopoderosa crítica. Uno sabe que ha llegado el momento de echarse las manos a la cabeza y rasgarse las vestiduras, de patalear y de implorar, cuando escucha a bienintencionados humanistas sermonear al personal,  desde sus poltronas mediáticas, sobre la necesidad del pensamiento crítico. 


Cretinismo parlamentario, versión extendida

Voy a usar el concepto de cretinismo parlamentario un poco como a mí me da la gana, no como lo usó Marx en El 18 brumario de Luis Bonaparte. Me refiero al deplorable espectáculo de los debates parlamentarios, concretamente a los momentos expresamente escenificados con la intención de alcanzar resonancia mediática, televisiva sobre todo. Esto, que ya de por sí incita a odiar la democracia, alcanza niveles grotescos en las propias tertulias televisivas. Aquí el cretinismo parlamentario, su versión extendida, no se acaba nunca. 


Literatura y Commedia

Seamos serios: la buena, la gran literatura de la edad moderna es cómica. Baste una sucinta enumeración: el Quijote, el Ulises, El arco iris de gravedad. Nadie sabe de qué va esta última novela —algunos pobres infelices creen saberlo, como esos hermeneutas audaces que arriesgan interpretaciones osadas sobre el simbolismo de los plátanos en ignotos foros de Internet— pero está claro que es una obra cómica. Mejoraría si Pirata Prentice hiciera más apariciones y nos contara más formas de comer plátanos. 

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