martes, 29 de mayo de 2018

Una especie de quijotismo: enfrentarse a los horrores del mundo leyendo

Para enfrentarme al ilimitado TERROR que me provoca el dentista, además de, como ya he dicho, recitar mentalmente la letanía Bene Gesserit contra el miedo, también me pongo a leer a Simone Weil, en busca de energía pura, de lucidez. 

Afortunadamente, Simone Weil es una fuente inagotable de pureza y de inteligencia —la visión de la necesidad, nos dice Weil en la página 258 de sus Cuadernos, constituye un remedio contra el miedo—; desgraciadamente, soy un miedica y nunca podré estar a la altura de Simone Weil en nada.

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