Adorar las flores de la locura, nuestras flores favoritas, las de la insensatez de vivir, de seguir viviendo, de estar aquí, ahora, simplemente, en este preciso instante del tiempo, efímero como cualquier ahora, como cualquier otro ahora que más tarde será recordado otra vez con toda la ternura y el desgarro de lo irrecuperable, el canto idiota del que sabe que ya nada volverá a ser como antes, porque ya vivió y sintió todo lo que había que vivir y sentir, y sabe que todo antes es un lugar que ya no existe, que jamás retornará, el aroma de las flores imposibles que a pesar de todo respiramos...
viernes, 21 de febrero de 2020
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Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
Menuda clase maestra de Estética y Filosofía de la Percepción PD: Observen las imágenes de las películas de Terrence Malick, el mayor genio ...
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¡Esto sí que es empoderamiento! Degustemos las palabras de la gran Danerys en Valyrio, su lengua materna: Dovaogēdys! Naejot memēbāt...
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
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