lunes, 30 de diciembre de 2019

30/12/2019

Eso sí, hay que reconocer que JJ Abrams, con su estupidez estratosférica, ha obrado un milagro con su absurdo batiburrillo pirotécnico El ascenso del fanservice: el mercadillo de la nostalgia, a saber, mejorar las precuelas.

Los últimos Jedi era una película deconstructiva y en cierta medida melancólica, pero no nostálgica. El memo de JJ Abrams tiene la desfachatez de sacar a Luke diciendo que Rian Johnson se equivocó, no vaya a ser que los fans se enfaden y dejen de respirar. Es todo patético y ridículo a más no poder. Lo del ritmo de la película se debe, supongo, a que Disney reparte toneladas de cocaína en la sala de montaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario