martes, 3 de diciembre de 2013

Estupefacción

No paro de leer reseñas positivas de Albert Espinosa. Creo que voy a romper a llorar. Si tuviera un hijo y le pillara leyendo a Espinosa le diría: hijo mío querido de mi vida, sangre de mi sangre, tienes dos opciones: ponte a ver la tele o ve a drogarte con tus amigos, pero si no dejas ese libro voy a tener que echarte de casa.

PD: Es cierto que aquí defendemos que no hay que criticar (¡nunca critiquéis, experimentad! Deleuze dixit), pero hay cosas que pasan de castaño oscuro.

PD2: Sin ánimo de ofender a las hordas de lectores que tiene el antedicho. No comprendo por qué un escritor, no mediocre, sino pésimo hasta límites insospechados, tiene tantos lectores, pero bueno, qué se le va a hacer. La caprichosa diosa Fortuna es la emperatriz del mundo. La Fortuna y los dioses del comercio, claro.



PD3: Seguro que Albert Espinosa es una grandísima persona, pero como escritor...

1 comentario:

  1. Anónimo1:53 p. m.

    O ser humano é um ser marcado pela morte e pela finitude, por isso está condenado ao fracasso. [Sartre] Ricardo Leite Brugni

    ResponderEliminar