sábado, 25 de agosto de 2007

El Rey sin cabeza

Decidí abrir la ventana y morar para siempre en lo que huye, en las inasibles grietas de la realidad, en los ojos diluidos en las nubes. Entregué una vez más mi ser al viento, lo hice trizas, lo aligeré y sonreí feliz ante el cadáver del Yo, aquel Rey muerto por fin, sin cabeza, oscurecido por el esplendor salvaje del mundo en huida hacia sí mismo.

1 comentario:

  1. He leido CASI todo tu blog simplemete se respira magia,muy interesante luego pasare a terminarlo.

    saludos.

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