sábado, 27 de enero de 2007

El desierto y el agua de la fuente

Y el desierto crecía y crecía, pero yo caminaba y caminaba, cada vez más cansado, presa indefensa de alucinaciones, espantapájaros y otros disparates, pesadillas que me acosaban sin tregua... pero al fondo, borrosa, pálida, como una luna que se apaga o una luz de neón a los ojos de un borracho que regresa a casa y hace frío, en una ciudad perdida... al fondo, digo, un oasis, la esperanza ficticia a que nos agarramos lo moradores de la existencia errante, el suspiro desmayado de la ninfa del bosque, que juega, alegre, con el agua de la fuente.

4 comentarios:

  1. Anónimo4:36 a. m.

    y es tanta y acuciante la sed.. que tengo.
    y me taladra y asesina.
    y el oasis aquel, en noches como esta...se desdibuja.

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  2. PRIMERA VEZ QUE ENTRO A TU BLOG... SIMPLEMENTE VIVENCIAL Y NO MAS... PASAREMOS POOR AQUI MAS SEGUIDO.

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  3. Anónimo5:06 p. m.

    gracias, por hacer más liviano mi tormento

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