sábado, 17 de mayo de 2025

Contra la ambición

Decía Cioran que la ambición es la fuente de todas las catástrofes. Así es, desde luego. Nada más perverso y despreciable que el sujeto moderno, deseoso de superarse a sí mismo. Su ciega actividad febril debiera producirnos una mueca de espanto. Ajeno a la contemplación, al silencio, a la belleza y a la serenidad, a los encantos y dones de la pereza, el ambicioso vive para imponer su voluntad, para imponerse a los demás, e incluso a sí mismo. Pobre diablo. Desde aquí nos apiadamos de su atribulada alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore

Menuda clase maestra de Estética y Filosofía de la Percepción PD: Observen las imágenes de las películas de Terrence Malick, el mayor genio ...