viernes, 6 de septiembre de 2019

06/09/2019

A mí no me parece tan oscura ni triste la música de Billie Eilish —tal vez por haber sido un joven enfermizamente obsesionado con Joy Division: no creo que haya nada tan oscuro como el Closer, donde al final del disco las hojas caen de los árboles y eso es el fin, el mundo se desvanece. 

Me parece absolutamente maravillosa, eso sí.

(¿Qué hace alguien como yo, un viejuno del 83, post-Generación X o pre-millenial, escuchando sin parar a Billie Eilish, una diecisieteañera de la Generación Z? No lo sé. También he visto Euphoria, a mi entender una serie alucinante. ¿Echo de menos, en cierta medida, ser un adolescentes triste que viste ropa ancha (ahora se dice oversize) en lugar de un adulto medianamente funcional que va a trabajar con ropa de su talla?)

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