domingo, 20 de enero de 2019

Elogio y refutación de Íñigo Errejón (con un paréntesis sobre Kant)

Acaba de contar Errejón que una vez comió cocido dos días seguidos, o que cenó el cocido de la comida —no me he enterado bien, estoy viendo la tele prestándole una atención flotante, porque a la vez estoy leyendo un artículo sobre los dos niveles ontológicos que se dan en el sistema filosófico kantiano, el realismo empírico y el idealismo trascendental, que es algo que suena aburrido y abstruso a más no poder pero que a mí me interesa hasta el punto de que a veces, antes de dormirme, pienso en ello*—, pero que después tiró lo que sobraba para evitar la tentación de comer por tercera vez consecutiva cocido. Es elogiable el buen gusto de Errejón, pero he de decir que yo, hace un par de semanas, comí cocido tres días seguidos, y que no pasa nada por hacerlo porque el cocido es lo máximo en materia culinaria.

*También he pensado algo aún más aburrido y abstruso, en la línea del pensamiento kantiano: que el MARC (catalogación legible por ordenador) puro era algo así como un sistema ideal de catalogación que hacía posible las múltiples instanciaciones de los sistema MARC empíricos que se han ido desarrollando desde los años sesenta y que, por tanto, ambos niveles ontológicos, idealismo trascendental y realismo empírico, son claramente discernibles en la historia de la catalogación legible por ordenador.

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