Al parecer, la obra de Nietzsche ha sido declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
El bueno de Nietzsche debe de estar revolviéndose en su tumba. A mí se me revuelve el estómago al ver cómo la UNESCO intenta domesticar al más salvaje de los filósofos, un auténtico noble polaco pura sangre sin mezcla de sangre alemana. (Supongo que intentarán vendernos la moto de un Nietzsche demócrata, puede que incluso, en el fondo, pacifista y feminista, interpretación que sería tan ridícula y delirante, al menos, como la del Nietzsche nacionalsocialista).
Nietzsche no es cultura, es dinamita.
PD: La guerra y el valor han hecho cosas más espléndidas que el amor al prójimo, dice Nietzsche. ¿Será este el nuevo lema de la UNESCO?
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