A los que sacan banderas carlistas en las manifestación por la unidad de España habría que recordarles que el carlismo era federalista, no centralista. De hecho, era radicalmente anticentralista. En palabras del insigne carlista Valle-Inclán: «El mayor enemigo de España no es el nacionalismo, sino el centralismo de Madrid». O también: «Lo que tiene por contrario a la unidad de España es el centralismo actual, al que hay necesidad de matar. Hay que dar independencia y capacidad a las regiones para que puedan desenvolver sus energías».
No sabemos muy bien por qué, ahora, esa bandera la ha rescatado la extrema derecha en sus diversas manifestaciones. Muy probablemente sea por la larga historia hispánica que tiene dicho estandarte. Pero bajo esa histórica bandera también se defendieron posiciones que no compartiría la extrema derecha, tan centralista ella y tan contrarrevolucionaria. Vemos:
ResponderEliminar1) Fue estandarte de los Austrias que se enfrentaron al centralismo de Felipe V.
2) Fue un símbolo con el que se apoyó a los revolucionarios americanos durante la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica frente al imperialismo de Inglaterra.
3) Fue la bandera de los carlistas que defendían los fueros y el federalismo, frente al liberalismo centralista de Madrid en el S. XIX y XX
4) fue -y es- el emblema del Partido Carlista, que, con su defensa del socialismo autogestionario, se enfrentó a la dictadura del general Franco y a la monarquía franquista de Juan Carlos en la Transición.
Al régimen franquista le interesaba mantener la simbología carlista como si fuera suya -como hacen ahora los herederos del franquismo-, por eso, con el Decreto de Unificación de Franco -impuesto contra la voluntad del carlismo-, se la arrebató y la utilizó como propia, contribuyendo con ello a aquella «visión franquista» de la que se quejaba el historiador Aróstegui.
Pues bien, lo mismo que hizo el dictador Francisco Franco, lo siguen haciendo hoy los de la extrema derecha -con falangistas, neonazis y xenófobos-, haciendo suya una bandera que no les corresponde.