¿Es unitario? ¿Es federalista? ¿Ambas cosas? ¿Ninguna? Todos parecen odiar la estructura del Estado español; los unos por ser demasiado unitario, los otros por serlo muy poco... Sin embargo, el Estado español, a medio camino del centralismo y del federalismo, se mantiene estable, asombrosamente estable. Porque el Estado español —y para saber esto hay que leer a los presocráticos, no a los politólogos— es una armonía de tensiones opuestas, como el arco y la lira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario