Mientras tendía se me ha escurrido de entre las manos una sábana y ha caído sobre un tejadillo al que, según mis calculos, solo tiene acceso el vecino del bajo. He llamado y nadie contesta. ¿Qué va a pasar con mi sábana? ¿Se va a quedar ahí para siempre, testigo mudo del paso inevitable del tiempo? Creo que sigo sin manejar bien los rudimentos más elementales de Mundo Adulto.
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