He pensado celebrar mi último día de vacaciones entregándome al llanto inconsolable y al feroz rechinar de dientes*. ¿Qué otra cosa podría hacer?
*Fui al dentista y tengo bien los dientes, afortunadamente. Estaba convencido de que tenía un quiste y de que tendrían que quitarme varias muelas, me desmayaría en la silla del dentista y sería una experiencia desmedidamente atroz, pero al final no fue así.
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