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Yo he asistido a bastantes festivales en mi vida y en prácticamente todos me lo he pasado como un enano. Al día siguiente se establece el orden, eso es cierto, pero el momento de la subversión es una delicia.
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Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
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¡Esto sí que es empoderamiento! Degustemos las palabras de la gran Danerys en Valyrio, su lengua materna: Dovaogēdys! Naejot memēbāt...
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
Supongo que, al final no dejan de ser un negocio, como apunta el artículo que enlazas..
ResponderEliminaryo he estado en pocos, demasiado trajín, demasiadas horas... me gusta escapar de mi mismo, pero por un rato ;)
Jeje sí, claro que son un negocio, pero los músico también tienen que comer XD
ResponderEliminarYo ya estoy viejo, de todas formas, las resacas en los fetivales antes eran un contratiempo pasajero que se pasaba con un calimocho mañanero y mucho fumeteo, pero ahora la cosa cambia
PD: Ernesto Castro es un tipo brillante, yo lo sigo casi en plan fanboy pese a que es más joven que yo, pero nuestra experiencia fenomenológica de los festivales es diametralmente opuesta. Yo he sido muy feliz en los festivales de música