domingo, 19 de julio de 2015

Hallazgos fortuitos

Estaba colocando en su sitio una de esa novelas guarrindongas que escribe el bueno de Philip Roth cuando hallé Larva, Babel de una noche de San Juan, de Julián Ríos, novela con fama de verborreica, experimental e incomprensible, es decir, con fama de ser un suculento manjar joyceano al que hay que hincarle el diente. Puede que el bocado se me atragante, igual que se me atragantó el capítulo 15 del Ulises, pero aun así me llené de gozo y alborozo y procedí a autoprestarme la hazaña lingüística de Julián Ríos. Dicha hazaña no se presta desde el 9 de octubre de 1999, lo que la convierte en una clara candidata a engrosar más pronto que tarde el depósito, esa especie de limbo libresco* en el que habitan miles de libros esquivos al fervor de los usuarios.

*Definimos limbo libresco como el lugar en el que los libros se sitúan más allá de la salvación (ser prestados) y de la condenación (expurgo).

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