Sobre la yerma planicie del aburrimiento vital se elevan de sopetón acontecimientos cuyo sentido es irreductible a sus causas y que provocan algo así como un ritmo interior que es un pliegue de lo exterior. Su infrecuencia es directamente proporcional a su intensidad. Espasmo nocturno de la mirada ebria mirando la noche por la ventana, por ejemplo. Aunque, bien mirado, no sabríamos determinar su sentido, como si éste se realizara tan solo como plenitud vacía, como relámpago en el claro del ser. ¿Qué es exactamente lo que pasa? Lo que pasa no tiene nada que ver con la exactitud. La pura sopresa de que haya algo en absoluto. Estar dispuesto a que lo amado por la mirada se convierta en el centro de un paraíso. Extraer de esta disposición, de esta apertura radical, una potencia activa inagotable, una alegría y un humor filosóficos elevados a la enésima potencia. Afirmarción osada de la filosofía como forma de vida más plena.
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Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
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¡Esto sí que es empoderamiento! Degustemos las palabras de la gran Danerys en Valyrio, su lengua materna: Dovaogēdys! Naejot memēbāt...
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
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