No sé qué ha pasado con Pensamientos Despeinados, así que vengo aquí a escribir, como quien se va de vacaciones a una casa que es suya, pero que no es suya del todo, porque aún no la ha habitado el tiempo suficiente, no se ha acostumbrado todavía a ella. Aún tengo que limpiar el polvo, abrir las ventanas, comprobar a qué lugares nuevos puede asomarse. O a qué lugares viejos, desde perspectivas nuevas. Whatever. Si no recuerdo mal, venía aquí a hablar de errancias y de gusiluces, es decir, de vagabundos extra-vagantes y de nostalgias. (Gusiluz: símbolo con un exceso de significación que se refiere -aunque la referencia sea inescrutable (o algo así) y el sentido se disemine (o algo así)- al mundo perdido de la infancia, y aquí podemos enlazar con el mito Paradise Lost, paradise lost in your memory) En la memoria, que se alía con la ficción, para crear mundos perdidos. Gusi-luz. La luz, otra vez. La luz que brilla en la oscuridad. ¿Dónde iba a brillar? Como la palabra, como el verbo ser (el único verbo, todos los demás se refieren a él, según Foucault en Las palabras y las cosas), luz del mundo. Y la verdad no es otra cosa que el espacio-luz (Eugenio Trías, Los límites del mundo).
domingo, 28 de septiembre de 2008
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Why Movies Just Don't Feel "Real" Anymore
Menuda clase maestra de Estética y Filosofía de la Percepción PD: Observen las imágenes de las películas de Terrence Malick, el mayor genio ...
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¡Esto sí que es empoderamiento! Degustemos las palabras de la gran Danerys en Valyrio, su lengua materna: Dovaogēdys! Naejot memēbāt...
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Ni «espíritu de sacrificio», ni «afán de superación», ni «aspiración a la excelencia». Ni ningún respeto o simpatía por tales cosas.
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