domingo, 28 de septiembre de 2008

La luz, again

No sé qué ha pasado con Pensamientos Despeinados, así que vengo aquí a escribir, como quien se va de vacaciones a una casa que es suya, pero que no es suya del todo, porque aún no la ha habitado el tiempo suficiente, no se ha acostumbrado todavía a ella. Aún tengo que limpiar el polvo, abrir las ventanas, comprobar a qué lugares nuevos puede asomarse. O a qué lugares viejos, desde perspectivas nuevas. Whatever. Si no recuerdo mal, venía aquí a hablar de errancias y de gusiluces, es decir, de vagabundos extra-vagantes y de nostalgias. (Gusiluz: símbolo con un exceso de significación que se refiere -aunque la referencia sea inescrutable (o algo así) y el sentido se disemine (o algo así)- al mundo perdido de la infancia, y aquí podemos enlazar con el mito Paradise Lost, paradise lost in your memory) En la memoria, que se alía con la ficción, para crear mundos perdidos. Gusi-luz. La luz, otra vez. La luz que brilla en la oscuridad. ¿Dónde iba a brillar? Como la palabra, como el verbo ser (el único verbo, todos los demás se refieren a él, según Foucault en Las palabras y las cosas), luz del mundo. Y la verdad no es otra cosa que el espacio-luz (Eugenio Trías, Los límites del mundo).

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