miércoles, 24 de julio de 2024

Ana Cavallé - La sabiduría recobrada: Filosofía como terapia

La filosofía ocupa un lugar marginal en la cultura porque ha dejado de ser sabiduría, dice Ana Cavallé. 

En realidad, la filosofía surge como un cuestionamiento de la sabiduría. Amigo o amante de la sabiduría, nunca sabio. La filosofía se sitúa entre la ignorancia y la sabiduría. De ahí que los diálogos platónicos no puedan concluir, porque la filosofía no es un saber positivo, un corpus doctrinal cerrado y completo, un conjunto de tesis, sino ese ejercicio crítico de cuestionamiento. Su razón misma de ser es cuestionar esa supuesta sabiduría. 

Por otra parte, es totalmente gratuito y arbitrario sostener que hay una relación causal entre dejar de ser sabiduría y ocupar un lugar marginal en la cultura.

PD: En fin, un librito absurdo, con una concepción soteriológica de la filosofía, que pretende reeducar a los filósofos para que se conviertan en algo así como siervos de la psicología. Esperemos que la mayoría de los filósofos resistan a esta nueva hornada de sofistas psicologizantes.

Tomás de Aquino Vs. Sapolsky

Dice Sapolsky que el ser humano no es libre porque todo comportamiento está determinado por algo que lo precedió. Pero, por mucho que Sapolsky crea estar exponiendo alucinantes buenas nuevas capaces de subvertir los cimientos de la civilización, como suele suceder con los científicos metidos a pseudoprofetas y filósofos de chichinabo, la verdad es que la determinación causal de lo que es no implica la negación de la libertad humana.

Santo Tomás que Aquino ya dijo que todo ser que es causado es dependiente. Es una verdad bastante trivial, sabida por todos mucho antes de que Sapolsky el profeta del determinismo tuviera su revelación metafísica. Sin embargo, como Tomás de Aquino no era idiota, sabía que la causalidad del hombre libre consiste en que él mismo y su actuar sean fin para sí. La libertad, por tanto, se sitúa en un contexto antropológico y en un nivel operativo, no entitativo. Además, es el fin, la causa final, no la eficiente, lo que especifica el acto humano. El libre albedrío no consiste en que haya causas sin causa de nuestro comportamiento, como estúpida o maliciosamente dice Sapolsky. Al definir la libertad como causa sui Tomás de Aquino no quiere decir que el comportamiento humano no tenga causas, ni que el ser se cause a sí mismo —nihil est causa sui ipsis— sino que el hombre es libre cuando obra por sí y no por otro.