El anuncio de este año es una aberración estética sin precedentes en la historia de la humanidad. Además, éticamente es deplorable —engañar a una abuela me parece lo peor—, y también es antifilosofía en estado puro, ya que el anuncio irradia odio a la verdad.
PD: No sé cuánto tiempo tardaré en recuperarme. Estoy en shock.
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