Espera, o ni siquiera esperes
-Oh, Monelle, ¿pero le tenías miedo al frío, como si fuese la mano de un muerto?
-Ya no tengo miedo del frío -dijo.
-Y estás sola aquí, completamente sola, siendo una niña, y solías llorar cuando estabas sola.
-No estoy sola ya -dijo- porque espero.
-Oh Monelle, ¿a quién esperas, durmiendo ovillada en este sitio obscuro?
-No lo sé -dijo-; pero espero. Y estoy con mi espera.
Y entonces me di cuenta de que todo su menudo rostro se estiraba hacia alguna gran esperanza.
Marcel Schwob,
El libro de Monelle
No es necesario que salgas de casa. Quédate a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera solamente. Ni siquiera esperes, quédate completamente solo y en silencio. El mundo llegará a ti para hacerse desenmascarar, no puede dejar de hacerlo, se prosternará extático a tus pies.
Franz Kafka,
Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero
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