El lunes fui al cine con mi sobrina y una amiga suya a ver el Rey León. Me dio pena que los alegres y desenfadados nihilistas Timon y Pumba, auténticos anarquistas nómadas refractarios a la soberanía vertical, no pudieran evitar que Simba se convirtiera, finalmente, en un vulgar Rey sedentario y nada rizomático.
El martes, piscina.
El miércoles, playa.
El martes, piscina.
El miércoles, playa.
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