Porque los niños poseen una abundante vitalidad, porque tienen un espíritu intenso y libre, por consiguiente prefieren las cosas repetidas e invariables. Siempre dicen «hazlo de nuevo» y el adulto vuelve a hacerlo hasta el límite de sus fuerzas. Pero tal vez Dios es lo suficientemente fuerte para regocijarse en la monotonía. Es posible que Dios le diga todas las mañanas al sol: «hazlo de nuevo».Chesterton, citado en El títere y el enano: el núcleo perverso del cristianismo, Slavoj Zizek.
jueves, 22 de enero de 2015
Elogio de la repetición
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOh perdón, creo que he eliminado un comentario sin querer... Mil perdones
ResponderEliminarLo hacemos de nuevo :)
ResponderEliminarDisculpas aceptadas ;) . Decía que me parece genial esta perspectiva de la monotonía, contiene un toque sublime Saludos.
ResponderEliminarNo sé qué hice... Cierto, contiene un toque sublime XD
ResponderEliminarSaludos