Pero se quedó a las puertas, con las manos en los bolsillos.
La puerta (ostium) —continúa Isidoro, con una definición que Kafka habría podido suscribir sin reservas— es aquello gracias a lo cual alguien nos impide entrar, y los ostiarii, los porteros, "son aquellos que en el Antiguo Testamento les impiden a los impuros la entrada en el Templo"Giorgio Agamben, Desnudez
:D
ResponderEliminarLas puertas del cielo deben estar siempre cerradas para que no puedan entrar los indeseables. Pero las puertas de los Panero deben ser un lugar mágico. Tanta historia y tanto desencanto.
ResponderEliminarSí.. el fantasma de Michi sigue por ahí, además XD
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