Constructivismo: el poder construye los discursos, los discursos construyen la realidad, luego el poder construye la realidad.
Deconstructivismo: la realidad, al ser un producto discursivo, se puede deshacer y rehacer a placer recombinando, hasta el infinito y más allá, las significaciones.
Deconstructivismo: la realidad, al ser un producto discursivo, se puede deshacer y rehacer a placer recombinando, hasta el infinito y más allá, las significaciones.
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